La primera vez que probé una auténtica Tarta Bakewell fue durante mi viaje culinario por Inglaterra hace casi dos décadas. Me encontraba en la pequeña localidad de Bakewell, en Derbyshire, cuando el aroma a almendras tostadas y mantequilla me atrajo hasta una pastelería local. Aquel primer bocado, con sus capas perfectamente definidas y el contraste entre la dulce crema de almendras y la acidez de la mermelada de frambuesa, quedó grabado en mi memoria culinaria para siempre. ✨
La historia detrás de la Tarta Bakewell 📖
La Tarta Bakewell nació en el siglo XIX en la localidad inglesa que le da nombre, fruto de lo que muchos consideran un feliz accidente culinario. Según cuenta la leyenda, la cocinera de una posada local malinterpretó las instrucciones para un pastel de frutas y, en lugar de incorporar la mezcla de almendras a la masa, la extendió sobre una capa de mermelada. El resultado fue tan extraordinario que rápidamente se convirtió en un emblema de la repostería británica.
Al igual que sucede con el tiramisú italiano, donde cada familia tiene su propia versión, la Tarta Bakewell ha evolucionado con distintas interpretaciones regionales, pero siempre manteniendo su esencia: una base de masa quebrada, una generosa capa de mermelada (tradicionalmente de frambuesa) y una delicada crema frangipane de almendras.
Ingredientes esenciales 🧾
Para la masa quebrada (molde de 23 cm):
- 225 g (1¾ tazas) de harina de trigo común
- 110 g (½ taza) de mantequilla muy fría, cortada en cubos
- 30 g (2 cucharadas) de azúcar
- 1 yema de huevo grande
- 2-3 cucharadas de agua helada
- ¼ cucharadita de sal
Para el relleno:
- 4-5 cucharadas de mermelada de frambuesa de buena calidad
- 125 g (½ taza) de mantequilla a temperatura ambiente
- 125 g (½ taza) de azúcar
- 125 g (1¼ tazas) de almendra molida
- 2 huevos grandes
- ½ cucharadita de extracto de almendra
- 25 g (3 cucharadas) de harina tamizada
- 50 g de almendras laminadas para decorar
Instrucciones paso a paso 📝
Para la masa quebrada:
- En un bol grande, mezcla la harina con la sal. Incorpora la mantequilla fría con la punta de los dedos hasta conseguir una textura similar a la arena gruesa.
- Añade el azúcar y mezcla brevemente. Incorpora la yema y añade el agua helada poco a poco, justo lo necesario para que la masa se una.
- Forma un disco con la masa, envuélvelo en film transparente y refrigera durante al menos 30 minutos.
- Precalienta el horno a 180°C (350°F). Estira la masa sobre una superficie ligeramente enharinada hasta un grosor de 3-4 mm.
- Forra un molde desmontable con la masa, recorta el exceso y pincha la base con un tenedor. Refrigera 15 minutos más.
- Cubre la masa con papel de hornear y rellena con pesos de hornear. Hornea «a ciegas» durante 15 minutos, luego retira los pesos y hornea 5 minutos más hasta que la base esté ligeramente dorada.
Para el frangipane y montaje:
- Bate la mantequilla y el azúcar hasta obtener una crema pálida y esponjosa, similar a la técnica utilizada para las patatas crujientes al horno francesas, donde la precisión marca la diferencia.
- Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
- Incorpora suavemente la almendra molida, el extracto y la harina tamizada.
- Extiende la mermelada de frambuesa sobre la base prehorneada, usando el dorso de una cuchara para crear una capa uniforme.
- Vierte con cuidado la mezcla de frangipane sobre la mermelada, alisando la superficie con una espátula.
- Espolvorea las almendras laminadas por encima y hornea durante 28-30 minutos, o hasta que el frangipane esté dorado y firme al tacto.
- Deja enfriar en el molde antes de desmoldar.
Nota del Chef: El secreto de una masa quebrada perfecta reside en mantener todos los ingredientes fríos y trabajarla lo menos posible. Si notas que la masa se calienta entre tus manos mientras la manipulas, deténte y refrigérala unos minutos antes de continuar.
Técnicas secretas del chef 🤫
Después de preparar esta tarta durante años, he descubierto que el éxito de un buen frangipane está en el batido. Al igual que el método de fermentación lenta de las aceitunas aliñadas andaluzas, el frangipane mejora significativamente si lo dejas reposar en el refrigerador durante 30 minutos antes de usarlo, permitiendo que los sabores se integren perfectamente.
Para evitar que la mermelada se filtre en la masa, pincela ligeramente con clara de huevo la base prehorneada y déjala secar un par de minutos antes de añadir la mermelada. Esta barrera imperceptible preservará la textura crujiente de la base, similar a cómo protegemos la frescura en el gazpacho andaluz mediante técnicas específicas de preparación.
Si no encuentras mermelada de frambuesa, puedes sustituirla por mermelada de cerezas ácidas o incluso de grosellas rojas. Lo importante es mantener ese contraste entre la dulzura del frangipane y la acidez de la fruta, que es la firma característica de este postre.
Consejos de presentación y servicio 🍽️
La Tarta Bakewell alcanza su punto perfecto de sabor a temperatura ambiente, cuando los aromas de la almendra se liberan plenamente. Para una experiencia verdaderamente británica, sírvela con una generosa cucharada de crema espesa ligeramente batida o una bola de helado de vainilla de calidad.
Para una presentación especial, espolvorea ligeramente con azúcar glas justo antes de servir y acompaña con algunas frambuesas frescas. Esta tarta, al igual que la famosa Tarta Tatin francesa, mejora con el tiempo, desarrollando sabores más complejos si se prepara con un día de antelación.
En mi cocina profesional y en mi hogar, la Tarta Bakewell ha sido siempre un testimonio de cómo la simplicidad puede alcanzar la perfección. La combinación de texturas crujientes, suaves y húmedas en cada bocado nos recuerda que los mejores postres no necesitan ser complicados para ser extraordinarios. Espero que al preparar esta receta, encuentres el mismo placer que yo he experimentado al compartirla con familiares y amigos durante todos estos años. 💕