Más de 21.000 viajeros en TripAdvisor no pueden estar equivocados. La Playa de Muro en Mallorca, octava mejor playa del mundo en 2025 según sus prestigiosos premios Traveller’s Choice, es uno de esos raros tesoros donde la naturaleza parece haberse esmerado especialmente. Cinco kilómetros de fina arena blanca que se deslizan suavemente hacia aguas turquesas tan cristalinas que parecen extraídas de un catálogo retocado digitalmente. Pero no hay truco: este paraíso balear es absolutamente real.
El secreto mejor guardado del Mediterráneo español
Lo primero que sorprende de Playa de Muro es su dualidad perfecta. Por un lado, ofrece todos los servicios que una familia podría desear; por otro, alberga espacios vírgenes protegidos que transportan al visitante a la Mallorca de hace siglos. Esta combinación la convierte en un destino único similar a las maravillas naturales del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, aunque con su propia personalidad mediterránea.
Un paraíso para familias donde el agua parece no tener fin
Las familias con niños encuentran aquí su hábitat ideal. Las aguas poco profundas permiten adentrarse decenas de metros mientras el agua apenas cubre la cintura de un adulto. «Llevamos viniendo cinco veranos consecutivos porque es el único lugar donde puedo relajarme completamente mientras mis hijos juegan en el agua», comenta María, una madre madrileña que ha convertido esta playa en su tradición familiar.
Lo que hace única a Playa de Muro es ese equilibrio perfecto entre servicios turísticos y naturaleza virgen. Puedes desayunar en un sofisticado beach club y, caminando apenas 15 minutos, sentirte como un explorador en dunas intactas.
Es Comú: el secreto dentro del secreto
La zona conocida como Es Comú representa el corazón salvaje de Playa de Muro. Este tramo virgen, protegido como parte del Parque Natural de s’Albufera, ofrece la experiencia perfecta para quienes buscan escapar del bullicio. Dunas y pinares centenarios crean un paisaje que rivaliza con la belleza de lugares como los Parque Natural de los Picos de Europa, aunque con el Mediterráneo como protagonista.
Donde el atardecer pinta el cielo de naranja
Al caer la tarde, Playa de Muro se transforma. El sol desciende lentamente, pintando el cielo de tonalidades anaranjadas que recuerdan a los famosos atardeceres de Cala Comte en Ibiza. Es el momento perfecto para un paseo contemplativo por la orilla o para disfrutar de una cena frente al mar.
La celebración del agua: deportes para todos los niveles
Los amantes de los deportes acuáticos encontrarán en Playa de Muro su particular paraíso. Paddle surf, vela, windsurf y kitesurf son solo algunas de las opciones disponibles. Las condiciones son ideales para principiantes, con escuelas que ofrecen cursos para todas las edades. «La suave brisa y las aguas tranquilas crean el entorno perfecto para iniciarse en el windsurf», explica Joan, instructor local con 15 años de experiencia.
Un festín para los sentidos: gastronomía frente al mar
La oferta gastronómica de Playa de Muro merece un capítulo aparte. Desde chiringuitos de playa hasta restaurantes sofisticados, las opciones son tan diversas como deliciosas. No deje de probar el pescado fresco local, las ensaladas mallorquinas con «tumbet» o los helados artesanales que alivian el calor veraniego mientras contempla el horizonte azul.
La fiesta cultural de agosto: cuando la playa cobra vida
Las «Festes Platja de Muro» transforman este paraíso en agosto. Exhibiciones de salvamento, voley playa nocturno, conciertos y exposiciones de arte local crean un ambiente festivo que complementa perfectamente los días de playa. Es una experiencia cultural tan enriquecedora como las rutas de senderismo en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, pero con arena entre los dedos.
Playa de Muro no es solo un destino; es una invitación a redescubrir el Mediterráneo en su expresión más pura. Sus aguas cristalinas, su ambiente familiar y su entorno natural protegido crean la combinación perfecta para unas vacaciones inolvidables. Cuando el avión despegue de regreso a casa, llevarás contigo mucho más que arena en la maleta: llevarás el recuerdo de uno de los paraísos mejor guardados de España.